lunes, 2 de junio de 2025

Eclipse de sol

 

     Toda la familia del joven Nurzhan son ganaderos trashumantes en las estepas de Mongolia, tal como lo heredaron de su cultura durante generaciones. Su actividad principal es el pastoreo de ganado, que en total suman más de trescientas cabezas entre ovejas, cabras y yaks de los que obtienen, leche, queso, lana, carne y otras bebidas fermentadas.

     Nurzhan  tiene diecisiete años. Es más bien pequeño de estatura pero de complexión robusta al igual que su padre. Conoce bien el oficio desde que dejó la escuela a los doce años. Ama la vida que lleva y quiere seguir la tradición familiar. Él y su familia viven en una tienda circular, al estilo nómada tradicional, que en cada cambio de estación se ven obligados a desmontar, siempre en busca de tierras fértiles para su ganado. En cambio su primo Arman, que es dos años mayor, emigró a la capital Ulan Bator en busca de oportunidades, harto de la vida en las montañas, pero ahora malvive en los suburbios aceptando trabajos míseros y mal pagados.

     Hoy debe desplazarse para vigilar el rebaño de ovejas que pastan en la infinita llanura verde salpicada de pequeños cerros que se abre ante sus ojos. Un riachuelo que nace en las montañas, discurre entre la vegetación de matorral bajo y sirve de abrevadero para el ganado. El cielo azul anuncia un espléndido día de primavera. A lo lejos se divisan las nevadas cumbres que dejaron atrás para asentarse en este valle rico de pastos al abrigo de un clima más benigno. Es casi mediodía y ayudado por sus perros Nurzhan trata de reunir el rebaño disperso por el gran valle, que ramonea buscando los tallos más tiernos de los arbustos. Momentos después nota que los rayos del sol son menos intensos pero apenas le da importancia, más preocupado en reunir el rebaño para la vuelta. Con el dinero que obtenga de la venta de leche de sus ciento cincuenta ovejas tendrán para comprar un generador para la tienda. La luz solar va descendiendo paulatinamente y algo más tarde las primeras sombras comienzan a aparecer sin que haya señal de tormenta. Nurzhan se pregunta qué está sucediendo pero no tiene a nadie a quien recurrir. Los animales se quedan quietos, como atemorizados, y los perros dejan de ladrar. Una hora más tarde la oscuridad es total y puede observar las estrellas y constelaciones que él conoce bien. Observa con claridad Orión, la Osa Mayor y Casiopea. Está algo asustado, hay algo de misterio, pero todo es hermoso y mágico a la vez. A pesar de conocer de memoria el cielo de las estaciones, nadie hasta ahora le ha hablado del fenómeno que está sucediendo. Minutos después la claridad vuelve de nuevo y las sombras se van retirando. Se pregunta si estará soñando, pero no, porque los perros de nuevo vuelven a ladrar en cuanto aparecen los rayos del sol. Sabe que ha sido testigo de un espectáculo extraordinario y está deseando  volver con los suyos a la tienda para contarlo.

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